miércoles, 8 de febrero de 2012

Un día igual de diferente...

Febrero 2012

Una semana más, recorría ese camino, el cual podía hacer con los ojos cerrados, para recoger a X. Esta vez, tocaba ir a mi casa. Recorrimos un poco el pueblo para hacer tiempo antes de llegar a nuestro destino. Habían pasado 8 días desde que la vi por última vez, pero para mí fueron como meses. 

Una vez abierta la puerta, me dispuse a enseñarle todas las habitaciones. Acabamos en la mía, medio-tumbados en la cama hablando y riéndonos con algunos de mis extraños libros. La tarde-noche marchaba tal y como me esperaba. El hambre apretaba, así que estuvimos en la cocina merendando. La "Nutella" iba a ser la protagonista gracias a la afición por el chocolate de X. 

A excepción de las últimas semanas, no hacía falta que se marchase tan pronto a su casa ya que no tenía tareas pendientes por hacer, así que tuvimos tiempo para estar cómodos, jugar con los dardos, e incluso apostarnos cualquier cosa para ver quién era el primero en acertar en el centro de la diana. Sin haber jugado antes, ganó la  apuesta, aunque tenemos pendiente con el qué castigarme.

Como buen caballero, la acompañé ya caída la noche hacia su portal, y volví solo, con el aire frío golpeándome los ojos que se descubrían por encima de mi bufanda. 

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