miércoles, 19 de octubre de 2011

Una amistad de "Champions"

Cuando me levanté aquel día 28 de mayo de 2011... Ya ha llovido desde entonces, pero estos casi 5 meses, no han podido enturbiar ese recuerdo, ese día en el que cambió todo en mi interior. 

Todo sucedía con normalidad, absolutamente todo. Tenía planeado quedar con mis amigos y amigas para ver un gran partido. Nada más y nada menos que la final de la "Champions League". En mi pueblo instalaron una pantalla gigante en una de sus parques con motivo de ver en directo grandes acontecimientos televisivos, como fue la final del Mundial. Por este motivo, decidimos verlo allí.

El ambiente que se respiraba era apasionante. Todo el mundo volcado con el fútbol y con el Barcelona (yo incluido). Una vez iniciado el partido, la tensión y los nervios afloraban entre la multitud. La euforia con el primer gol hizo temblar todo el parque, y el griterío se intensificaba al son de los cánticos. En esta situación llegó el descanso en Wembley, al igual que llegó la hora de despedirme de mi vida pasada, llena de malos momentos y sufrimientos continuos, para dar paso a un tren que se acercaba sigilosamente a la luz de la luna. Ese tren tenía un nombre: X. 

Ya caída la noche en mi pueblo, la mejor amiga de un amigo mío pronunció mi nombre con una sonrisilla en la boca, y me acerqué para ver qué quería. Su pregunta, señalando con el dedo, fue: qué te parece la chica rubia de allí? Mi respuesta fue rápida: No está mal, me parece muy guapa. En ese instante realmente no la vi del todo bien. Quizás fuera a causa del nerviosismo interno por la simple razón por la cual estaba yo ese momento en ese mismo parque.

Al final del partido, le pregunté cuál era el nombre de la chica. Una vez dicho esto, me dispuse a hablarle a esa chica rubia tan guapa. Tan solo necesité un saludo suyo para darme cuenta que mi vida cambiaría con ella. A partir de ahí, empezamos la conversación... 


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