miércoles, 14 de diciembre de 2011

Un día de compras diferente...

Un recuerdo no siempre tiene que estar relacionado con lo que hagas de especial, si no que muchas veces lo más importante son las personas con las que compartirás ese momento. Hasta la más simple cosa que puedas hacer en un día puede cambiar directamente a mejor si al lado tienes a un amigo o amiga.

Un claro ejemplo fue un día de verano, precisamente este año, mientras hablaba una noche con X. Yo le expliqué que tenia la necesidad de comprarme algo de ropa, ya era hora de renovarla. Entre bromas, le insinué que podía acompañarme y así que me aconsejara. Ella, sin dudarlo, aceptó y justo después decidimos día y hora. Su amiga también iba a acompañarnos ya que necesitaba comprarse algo ella también, pero no me importaba lo más mínimo.

Una vez llegó el día, vinieron a mi portería y nos fuimos andando hacia el centro comercial, que estaba a unos 20 minutos. La experiencia de estar junto a dos chicas allí fue de lo más entretenido. Me llevaban de lado a lado, sin tiempo para descansar. Recorriendo cada uno de los pasillos, a medida que daba más pasos, el peso de la ropa que me iban dejando aumentaba, sintiéndome un perchero movible. Mi única tarea era decidir si me gustaba o no pero, por lo demás, el dominio lo tenían ellas.

En el probador, me cambiaba de ropa y ellas, pendientes afuera, me daban el visto bueno. Parecía otra típica escena de Hollywood, lo único que faltaba es la música de fondo. Me compré bastantes cosas y el dinero escapó de mi cartera.

Hubo momentos en los que me quedé a solas con X, mientras que su amiga y su madre (que vino al final de la tarde) entraban en más tiendas. Simplemente me encantó. Finalmente, volvimos en coche y me dejaron en casa de un amigo, que había quedado para cenar con ellos. Llegaba tarde, pero sabía que me iban a disculpar si les contaba cómo había ido mi día.

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