Después de estar toda la semana sin ver a nadie, quise empezar la semana con buen pie, además de que echaba de menos de estar con ciertas personas, especialmente una. Ese mismo día, una amiga me dijo de quedar para ir a ver un partido al campo municipal del pueblo. Estuve con gente que apenas conocía, pero que poco a poco me dieron confianza y acabé la tarde con una sonrisa.
Apenas unas horas más tarde, a la mañana del día siguiente, se suponía que tenía que ir a la Universidad, pero decidí no ir porque especialmente ese día no habría gran cosa. En cambio, sí que fui con otra buena amiga mía a ver unas presentaciones de investigación que su instituto hacía. Estuvo realmente entretenido y luego pudimos estar un buen rato juntos, además de que continué conociendo a más personas agradables. En esos momentos te das cuenta de la cantidad de personas que valen la pena cerca tuyo, y por desgracia, muchas no las conoces.
Y para acabar, al día siguiente, quedé con X. No puedo aguantar decir que, a pesar de que finalmente quedamos como buenísimos amigos, siento mucho por ella, e incluso aquellos sentimientos que en su tiempo no existían. No puedo describir lo feliz que me siento a su lado, con nuestras charlas largas y tonterías que hacen sacarnos una sonrisa a los dos. Una mirada suya ese día me hizo pensar que realmente la quiero para toda mi vida. No tengo opción, únicamente podemos ser los amigos inseparables, pero al fin y al cabo, amigos. Yo seguiré aguantando, porque la quiero y porque me importa.
Tres pequeños rayos de felicidad que me hacen ser el chico más feliz de posiblemente las últimas semanas, gracias a los amigos y amigas que tengo, pero sobretodo a "ella".
No hay comentarios:
Publicar un comentario