Primer día de la semana con pocas horas para descansar. Tal vez los fines de semana llegan a ser los días en los que menos duermo, aunque parezca extraño. Esto, por consiguiente, me repercute las mañanas de los Lunes, y no es la primera ni la segunda vez que me ocurre. Está comenzando a ser todo un reto personal el mantener abiertos los párpados a 8 de la mañana, mientras oigo de fondo la voz chirriante de mi maestra de Empresa.
Casi todo el mundo nos hemos preguntado alguna vez: ¿Por qué el sueño que tengo a primera hora de la mañana no lo tengo a altas horas de la noche antes de acostarme? Sinceramente, tampoco le encuentro explicación alguna, al igual que la motivación y las ganas que en ciertos momentos tempranos del día tienes para estudiar, y cuando llega la tarde se desvanecen.
Cambiando de tema, hoy ha sido un día realmente aburrido para mí. Y no solo eso, además la suerte no se ha decantado a mi favor y ha querido burlarse justo delante mío en forma de autobús. La cuestión es que he perdido el "bus" por 10 segundos, y lo he visto pasar enfrente mío, mientras yo, desolado, me acordaba de la familia del conductor. Decidí andar 10 minutos hacia la estación del tren pero, de nuevo, la suerte no estuvo de mi lado, y vi como el tren marchaba un par de minutos antes de que yo llegase. Al final me ha tocado entrar en el autobús que volvía a pasar al cuarto de hora.
Es triste pensar que, siendo uno de los que más cerca viven de la Universidad donde estudio (apenas 10 minutos en coche), haya tardado casi 1 hora para llegar. Estoy planteándome seriamente el sacarme la licencia de conducir antes que finalice el año o, al menos, el examen teórico.
Por lo demás, mi día a día es prácticamente igual. Monotonía que perdurará hasta el viernes, y que no volverá hasta el 12 de Diciembre, ya que tengo una semana entera de fiesta de por medio.
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