Cansado pero no derrotado. Así es como me siento a día de hoy. Las notas de la universidad no acompañan: tengo un 5 si hago la media de las 5 asignaturas que tengo. Podréis pensar que estoy loco, que es una buenísima media para haber comenzado la universidad hace relativamente poco. Pero no, no pretendo engañar a nadie. Cada examen tiene una importancia de porcentaje diferente y en uno de ellos tengo un 10 (con fortuna), pero ni mucho menos tiene un gran peso en la asignatura (química). Por lo tanto, decir que tengo suspendidas de momento todas menos Química.
Eso me hace replantearme muchas cosas, como dejar la universidad y meterme en algo que realmente disfrute y pueda sacármelo perfectamente bien, o centrarme en estudiar Inglés y el carné de conducir. De momento, esperaré a ver qué tal se me da este primer cuatrimestre.
Me daría vergüenza dejar lo que ya he empezado y sobre todo por toda aquella gente que pensaba que yo tenía capacidad suficiente para sacarme la carrera y más. Siento muchísima presión (es posible que no lo hagan a propósito) y creo que todos esperan más de mi, sobrepasando el límite de mis posibilidades. Por eso es por lo que continuaré luchando hasta acabar con mis fuerzas, aunque no prometo nada.
Hasta hoy, he ganado mis propias batallas que yo sólo me buscaba en forma de título de la ESO y Bachillerato, y siempre con un resultado adverso en los primeros minutos de juego, pero he sabido interponerme antes esos retos, confiando únicamente en mi cabeza, pero sin cambiar mis hábitos de estudio ni mejorarlos. Resulta un tanto ambiguo, pero es la cruda realidad que llevo conmigo estos últimos 4 años. No creo que ahora me sirva, pero si dejo de confiar en mí, ¿En quién demonios debo confiar?
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