jueves, 13 de octubre de 2011

Como el primer día...

Así es como me siento yo estos últimos días. Esa sensación, ese cosquilleo cuando hablas con esa persona de nuevo después de esos cuatro intensos meses, en los que ha ocurrido de todo.

Durante este tiempo he sentido prácticamente todo lo que una persona puede sentir hacia otra: simpatía, alegría, afecto, cariño y amor, y a la vez que decepción, frustración y tristeza. También he de decir que he aprendido mucho en este periodo y me he encontrado con mi verdadero "yo", superando mis miedos y demás barreras psicológicas que me impedían decir un simple "te quiero" o declararme.

Pero eso pasó a segundo plano cuando, aunque no hayas sido correspondido y sigas como siempre, de un día para otro pases del cielo al infierno. Y para mí, ese infierno era perder el contacto con esa persona. Ese miedo constante a no poder estar a su lado, llegó. Y todo esto se alargó hasta casi cuatro semanas.

Aunque nuestra relación llegó a ser más que una simple amistad, no pude llegar a tenerla como pareja, y a pesar de todo, mis recuerdos veían luz cada día, y por consiguiente, extrañaba aún más todos aquellos bonitos momentos vividos con ella. Pensé que, de los dos, era el único que llegaba a sentir tristeza por ello, pero me equivocaba.

Tuvo que pasar un hecho este sábado pasado (no especialmente bueno, sino todo lo contrario) para que tomáramos contacto de nuevo preguntándole sobre su estado de salud. Ahí nos dimos cuenta lo mucho que nos necesitábamos el uno al otro. 

Doy gracias a aquellos pequeños detalles que han hecho posible reescribir mi guión para volver a estar con una de las personas más importantes de mi vida actualmente. Lo que desconozco es... ¿Qué hubiera pasado si no hubiera ocurrido nada este sábado?

1 comentario:

  1. Lo estás haciendo de puta madre! Eso del sábado iba a ocurrir sí o sí, lo necesitabais los dos. Ojalá me pasase a mi algo parecido, hoy he tenido un día de perros... :(

    Avanti Cris!! Avanti!! xD

    ResponderEliminar